Valdeolivas&García ABOGADOS

miércoles, 2 de marzo de 2011

HOY COMIENZA EL JUICIO "USSÍA"

La repercusión mediática, social e incluso política del llamado caso «Ussía», la muerte de un joven, presuntamente, a manos de tres porteros de discoteca en 2008, quedó ayer patente en la que debía ser la primera jornada de la vista oral. Hasta el punto de que a todos y cada uno de los 36 candidatos a formar parte del jurado popular que juzgará esta causa de homicidio se le preguntó de qué modo les influiría lo leído o escuchado en los medios de comunicación en los más de dos años que han transcurrido desde el suceso. Debido a la dilación en el proceso de selección de las once personas (nueve titulares y dos suplentes) que conforman ya el tribunal popular, se ha dejado para hoy la declaración de los tres acusados.
Así, el «plato fuerte» se servirá hoy: las declaraciones más esperadas, por las contradicciones que los imputados ya manifestaron en anteriores testimonios, cuando negaron la paliza mortal al joven, de 18 años, en la que participaron, según el Ministerio Fiscal. El primero en sentarse en el banquillo será Antonio Sánchez Serrano, alias «Pitoño», acusado de homicidio con el agravante de abuso de superioridad y para el que se pide una pena de 15 años de cárcel. Fue él el que «intencionadamente y siendo consciente de que con ello le podría causar la muerte, se arrojó fuertemente sobre Álvaro, se tiró de rodillas sobre su pecho y se mantuvo así mientras le seguía golpeando, provocándole una rotura traumática del corazón por aplastamiento», indica el escrito de acusación del fiscal.
«Álvaro —explicó ayer Pedro Colina, abogado de la acusación particular— tenía el corazón roto antes de ser reanimado por sanitarios del Samur». De hecho, cuando llegaron los sanitarios ya estaba en parada y le estuvieron reanimando por espacio de una hora. Eran las 05.29. Lograron recuperarlo, pero la víctima pereció en el Hospital Clínico a siete de la mañana.
Este extremo, que ha intentado contrarrestar la defensa de «Pitoño» durante la fase de instrucción, aludiendo a que fueron las maniobras del Samur las que lo provocaron o, al menos, influyeron en el fatal desenlace, contrasta con el informe de la autopsia, adelantado por ABC. En él, se asegura que a Ussía le rompieron la víscera de un golpe cuando estaba en el suelo, boca arriba y sin capacidad de reacción o defensa. Además, en los costado presentaba marcas de puntapiés o puñetazos. La defensa ha pedido en varias ocasiones repetidos análisis de drogas de abuso en el cuerpo del fallecido, que siempre han resultado negativos, en una posible estrategia que buscara en el óbito una explicación tóxica. En cuanto a David Sancio y David Alonso, para los que el fiscal y la acusación solicitan 13 años de cárcel por cooperadores necesarios, están acusados de participar en el paliza e impedir que se le socorriese, extremos que ambos niegan.

Descartando «prejuicios»

Sin embargo, ayer no tuvieron que entrar en la sala de vistas. Con tres cuartos de hora de retraso, a las 10.45, la Sección 23 de la Audiencia Provincial, presidida por la magistrada María Riera, inició el proceso de selección del jurado. Ya se partía de que iba a ser largo, aunque al final tanto se demoró el cuestionario individual a los candidatos, que ni siquiera hubo tiempo para que las distintas partes formularan sus cuestiones previas. Hubo muchas preguntas no se quería dejar nada al arbitrio. Fueron cuatro horas de interrogatorio en la que no faltó la misma pregunta: ¿Si lo que oyera dentro de esta sala no se correspondiera con lo contado por la Prensa, qué versión creería?, formularon a los 36 nominados. La respuesta fue clara: no se sentirían condicionados en su veredicto por lo publicado en los medios de comunicación.
Aun así, el proceso fue duro. Ambas partes (acusaciones y defensas) agotaron sus opciones de recusación. La legislación establece cuatro para cada una; es decir, un total de ocho. Por un lado, está el bloque conformado por la acusación particular (la familia de la víctima), la popular (la Asociación Sandra Palo para la Defensa de las Libertades) y la Fiscalía. Por el otro, los abogados de los tres acusados. Se indagó tanto en el perfil profesional de los candidatos como en su percepción sobre algunos aspectos, como la justicia española y los estilos de vida.
Además, estaban los descartes por cuestiones objetivas, aquellas personas que tuviesen algún tipo de relación más o menos directa con el caso o sus actores, gente ligada al mundo de la abogacía o la judicatura, etcétera. Finalmente, se llegó a una terna de la que salió el tribunal definitivo, en el que hay proporción de sexos, profesionales liberales, empresarios, trabajadores por cuenta ajena, y un espectro variado de edades. 


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